fue fundada por Claudina Thévenet en 1818, con el objetivo principal de otorgar una educación cristiana a los jóvenes, especialmente los más pobres y vulnerables.
En 1818 fundó en su ciudad natal una congregación religiosa encaminada a la educación de niñas pobres.
Se les proporcionaba tanto una educación primaria como religiosa, así como formación laboral para labrarse un porvenir.
La Congregación se fue extendiendo hacia otros países, llegando a contar en la actualidad con ciento ochenta comunidades repartidas por los cinco continentes.
Desde aquí se expandió por Tarragona, Barcelona, Valencia, Orihuela, Alicante, Murcia, Azpeitia, Madrid, Zaragoza, Burgos, Jerez de la Frontera, Granada, Badalona y Sevilla.
Este pavimento fue restaurado en 1986 por Lluís Bru, cuya intervención fue inaugurada en 1989 por el cardenal Narcís Jubany.
Aunque Gaudí no intervino directamente en él, varias de sus obras para San Andrés fueron llevadas por las monjas a este colegio, donde aún permanecen: se trata de varios muebles, así como las abrazaderas eléctricas que trasladaron las monjas.
Como este edificio se les quedó pequeño, entre 1861 y 1866 construyeron uno nuevo en la calle Méndez Núñez.
Era de madera dorada, con una corta columna troncocónica sobre la que se situaba el cuerpo cilíndrico del ostensorio, con puertas en dos hojas decoradas con motivos florales y coronado con una cúpula parabólica, decorada con unos cuadrados envueltos de rosarios y un botón en el centro de cada cuadrado, así como la paloma del Espíritu Santo en el centro de la cúpula, con las alas desplegadas; sobre la cúpula se hallaba un remate formado por cuatro volutas sobre las que se situaban tres coronas superpuestas y una esfera con una cruz griega.
El ostensorio tenía dos travesaños laterales con cuatro placas situadas una en cada esquina, con los símbolos del Tetramorfos, así como un ángel tenante en cada columna vertical, en posición genuflexa; remataba cada columna vertical un medallón con las iniciales JM, de Jesús-María.