Omar Amiralay

Esta tenía el título provisional Quince razones por las que odio el partido Baaz, y debido a las fuertes acusaciones contra sus películas por parte del gobierno, esta fue eliminada del Festival de cine de Carthage.

En un acto de solidaridad con Amiralay, sus colegas árabes Yousry Nasrallah, Annemarie Jacir, Nizar Hassan, Joana y Khalil Joreige y Danielle Arbid retiraron sus películas de la competencia para protestar por la censura del festival.

Los debates animados siguieron a esta película, y sigue siendo un testimonio de la postura intransigente de este cineasta; un rasgo por el que destacaría y que le daría un importante lugar e influencia en la producción cinematográfica siria.

Esta película, muy controvertida y cuestionada por la izquierda del momento, se enmarca en el periodo en que Hariri fue obligado a abandonar su cargo de primer ministro por el presidente Lahoud y el régimen sirio que lo respaldaba.

Entre sus críticas más recurrentes al régimen baazista sirio, Amiralay se centra en la represión y limitación de las libertades, poniendo el foco en la cuestión cultural y la coacción a los artistas.La censura ha solapado toda forma de expresión pública interna, el cine incluido.

El cine sirio nace en el seno del Estado, pero al mismo tiempo muere por culpa de la política.