[15][16] Una cantidad aproximada de 20 000 millones de dólares en fondos estadounidenses fueron introducidos en el país para entrenar y equipar a los grupos muyahidines con armas, incluyendo misiles FIM-92 Stinger; aunque el verdadero costo no se conocerá por secretismo que lo rodeó y la corrupción imperante entre los oficiales estadounidenses participantes.
El programa de financiamiento fue incrementado anualmente gracias al cabildeo de prominentes políticos estadounidenses y oficiales del gobierno, tales como Charles Wilson, Gordon Humphrey, Fred Ikle y William Casey.
Asimismo, prohibió a los estadounidenses participar en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 y reinstauró el servicio militar obligatorio para varones jóvenes.
La financiación estadounidense al líder rebelde Gulbuddin Hekmatyar y a su partido Hezbi Islami fue interrumpida inmediatamente.
El gobierno estadounidense ha sido criticado por permitir a Pakistán canalizar una cantidad desproporcionada de su financiación al líder rebelde Gulbuddin Hekmatyar,[18] a quien los oficiales pakistaníes consideraban "su hombre".
Se afirma que Hekmatyar fue cercano a Osama bin Laden, fundador de al Qaeda, quien estaba dirigiendo una operación para asistir en la lucha a voluntarios árabes en Afganistán, denominada Maktab al-Khadamat.
"[20] A fines de los años 1980, la primera ministra pakistaní Benazir Bhutto, preocupada por la fuerza creciente del movimiento islamista, dijo al presidente George H. W. Bush que "está creando a un Frankenstein.
Se estima que 35 000 musulmanes extranjeros de 43 países diferentes reclutados y entrenados por la CIA participaron en la guerra.
[22][23][24][25] La película biográfica La guerra de Charlie Wilson (2007) se basa en la historia del congresista demócrata por Texas Charles Wilson, quien fue un congresista estadounidense que encabezó el apoyo a los muyahidines en los años 1980.