Bolivia poseía una fuerza aérea numéricamente superior, pero estaban limitados por no tener aeródromos cercanos a las zonas de combate.
En vista de la situación estratégica, el teniente coronel Bilbao visitó al comandante del teatro y afirmó que el mejor uso de la superior Fuerza Aérea Boliviana era bombardear la base paraguaya principal en Puerto Casado en el Río Paraguay ya que cada hombre, camión, caballo y munición entraba por ese puerto en camino hacia el teatro de operaciones en el centro del Chaco.
Además, en una violenta confrontación con el comandante del teatro, el coronel Enrique Peñaranda Castillo, Bilbao Rioja insistió en que se bombardeara Asunción para poder quebrantar el estado de ánimo paraguayo.
Esas incursiones provocaron una fuerte reacción por parte del gobierno argentino ya que muchos argentinos vivían en Puerto Casado y administraban la locomotora que iba hasta el Chaco (y apoyaban la iniciativa de la guerra paraguaya).
[cita requerida] Después del bombardeo de Puerto Casado en 1933, los argentinos le comunicaron a Bolivia que ellos no tolerarían bajas de sus civiles y enérgicamente insinuaron que quizás ayudarían a Paraguay si los ataques continuaban.