En 1893 el sacerdote ortodoxo ruso Nicolás Tolstoy entró en plena comunión con la Santa Sede y formó una pequeña comunidad católica de rito bizantino en Moscú y en San Petersburgo.
Como el catolicismo de rito bizantino era ilegal en el Imperio ruso, los fieles sufrieron una severa persecución y hostigamiento policial hasta que el zar Nicolás II emitió un decreto de tolerancia religiosa.
[1] En 1907 el papa Pío X le dio en forma oral y absolutamente secreta plenos poderes al archieparca de Leópolis, Andrés Sheptytsky, para organizar la Iglesia de rito bizantino en el Imperio ruso.
[2] Sheptytsky fue exiliado internamente en Rusia entre 1914 y 1917 y a su regreso a Leópolis, utilizando los poderes otorgados por Pío X, el 28 de mayo de 1917 designó al primer exarca apostólico para los greco-católicos de Rusia, Leonid Feodorov (Exarchia apostolica pro catholicis ritus byzantini in Russia).
Para cada distrito previó la designación de un coordinador, aunque solo en las dos primeras hay comunidades bizantinas organizadas.