El practicante sacrificaba un animal, generalmente una oveja, y respondía preguntas sobre el futuro mediante la observación de sus huesos.
El osteomante dividía los huesos en doce áreas o casas, cada una de las cuales respondía una diferente pregunta sobre el futuro.
Las otras seis estaban contenidas en el espacio del otro lado de la espina, en correspondencia con las anteriores.
El osteomante estudiaba el color del hueso, las venas y las líneas para conseguir respuestas sobre los diferentes temas asignados a cada casa.Burton, 1996 p.189-190 La osteomancia era también practicada en China desde antes de la dinastía Shang, aunque los adivinos Yin realizaron modificaciones importantes en la técnica, recogiendo los resultados en caracteres inscritos o pintados sobre el hueso.
Las inscripciones que registraban las predicciones en los huesos hacia el final de la dinastía Shang, conocida también como dinastía Yin, constituyen el más antiguo corpus significativo de escritura china arcaica que haya sido encontrado.