Fue castigado por la Revolución Libertadora y culpado por recibir favores en los viajes (aún siendo un deportista destacado), por lo que no pudo estar en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956 cuando era candidato a ganar la maratón.
Después de eso, representó a su país natal en dos Juegos Olímpicos, en 1960 y 1964.
[2] Obtuvo el Premio Olimpia de Oro como el mejor deportista del año en 1958 y el Olimpia del Bicentenario en 2010 al mejor atleta argentino desde 1954.
[4] Ganó por tres años consecutivos la Corrida de San Silvestre de San Pablo, Brasil, entre 1958 y 1960.
[2] Después de retirarse de su carrera como corredor, se convirtió en entrenador profesional y promotor del atletismo.