Un día el marido encuentra en el bosque cercano un tocón (Otesánek) que se parece extrañamente a un bebé y decide llevarlo a casa.
Para su alegría, el bebé de madera cobra vida y pide ser alimentado.
El leño se anticipa a cada comida con una canción de cuna en la que enumera cada comida anterior que ha hecho.
La historia finalmente concluye con la muerte de Otesánek a manos de una anciana de la aldea que desgarra su enorme pecho con una azada, matando así al monstruo y liberando de su interior a todos los que fueron consumidos por él, incluyendo sus padres.
La película Otesánek, dirigida Jan Švankmajer, fue estrenada en 2000 y se inspira en gran medida por este cuento de hadas.