Reconocido por su espíritu generoso y filántrópico, recibió la Cruz de Boyacá en el grado de Gran Caballero, distinción que le fue concedida en 1953 por el presidente Gustavo Rojas Pinilla.
Hijo del matrimonio del médico Fermín Claudio Tobón y de la enfermera María de Jesús Uribe.
Pablo Tobón Uribe también fue conocido como un hombre excéntrico y de costumbres extrañas: no tenía automóvil y prefería alquilar uno de servicio público; le gustaba mucho leer, pasaba los días leyendo, no le agradaba viajar y pensaba que la mejor forma de conocer cualquier sitio era a través de la lectura; solo salió de Colombia en 1952 cuando estuvo en Rochester, Estados Unidos, para someterse a un tratamiento médico.
En su residencia no tenía teléfono ni radio y durante su recuperación hizo quitar el timbre eléctrico, usando en su lugar un pito para llamar a su hermana María o a sus agregadas.
En 1976 sus restos fueron trasladados a la capilla del Hospital que lleva su nombre, de acuerdo con su voluntad expresada en su testamento.