[2] Son una especie depredadora, y poseen un aguijón venenoso.
Como todas las Pachycondyla, poseen mandíbulas triangulares, con pequeños dientes en la parte interior.
Son huidizas, aunque se han reportado picaduras a personas si ven amenazado el nido.
Forman colonias muy pequeñas, probablemente sin superar el centenar de ejemplares.
[2] A diferencia de sus hermanas del mismo género, P. castanea, muestran preferencia por los espacios abiertos, por lo que es frecuente encontrarlas en jardines.