En el siglo XVII, en el terreno ocupado por el palacio se levantaban distintas casas pertenecientes a la nobleza.
[2] Francisco IV alquiló gran parte del palacio, llegando a vivir en el mismo, el príncipe Gustavo Gustavsson de Vasa y su esposa Luisa de Baden.
La fachada principal tiene 18 ventanas a la Herrengasse y dos entradas de carruajes.
[2] En el palacio se encuentra una majestuosa escalera, un vestíbulo octogonal que da paso a las distintas habitaciones de representación.
La capilla del palacio está dedicada a la Santa Cruz y al beato Jakob Kern.