Edificado en el siglo XVI sobre una casa más antigua, es de planta rectangular y alargada, con tejado a dos aguas.
Pero en el siglo XIX perdió la torre este, y en su lugar la fachada se retranqueó hasta la línea del cuerpo central.
[3][4] Lo más destacable del edificio es la portada de estilo gótico tardío y que —conforme a la mentalidad renacentista— ennoblece los paramentos exteriores de las dependencias más importantes.
E incorpora, en una composición asimétrica, dos balcones del piso superior, sin vuelo y con barandilla de madera.
Y sobre estos dinteles se alinean cinco labras heráldicas, enmarcadas a su vez por el alfiz que unifica toda la portada.
Por todo ello, este edificio representa «un esquema de vivienda nobiliaria que tendrá gran importancia en los siglos posteriores».