Encargó a Estados Unidos maderas exóticas, que acá aún no se empleaban en construcción.
[1] El arquitecto Wetmore creó una planta, donde un vestíbulo circular organizaba la casa uniendo cuatro pabellones, con un piso zócalo para los servicios y la caldera; un primer nivel donde se distribuían los salones, un piso superior para los dormitorios, y un altillo destinado al servicio.
La enorme construcción de líneas clásicas y altos techos era coronada por una torre central con cúpula rebajada.
El edificio en términos estilísticos era una sobria construcción de líneas clásicas, ligada al Estilo georgiano.
Circundando el hall circular, dos escaleras de servicio llevaban a los pisos superiores y al piso zócalo, donde se encontraba la cocina, dependencias y la gran caldera, que nutría a la casa de calefacción central, primer sistema que funcionó en el país.
Además instaló diversos baños, un lujo para la época; también un sistema de tubos que permitía conectar y hablar con todos los dormitorios, y timbres para llamar a la servidumbre; de tan buena factura que funcionaban aún en 1937.
La siguiente propietaria de la Quinta Meiggs, Isidora Goyenechea, contrata a John Drummond, un conocido paisajista inglés, para restaurar los jardines del palacio.
Arnous de Riviere, ofrecía enormes fiestas, bailes, recepciones y pick nicks, a las que acudía presurosa, toda la sociedad santiaguina.
El embajador Covarrubias tenía una hermosa esposa francesa - Rosa Lefort -, que junto a sus hijas llenó de belleza y distinción al incipiente barrio república.