Dichas obras han respetado el carácter original del edificio, que llegó a estar en ruinas.
De este modo, el interior del palacio, de estilo mudéjar, corresponde al siglo XVI, y diversos tramos del cerramiento exterior (lados sureste, suroeste y noroeste) al siglo XVII.
Sobre este segundo cuerpo se abre una ventana dividida por una columna, formando ajimez, que constituye una intraluz con dos arcos gemelos de medio punto, con intradós lobulado y alfiz con labores de lacería.
[1] El torreón circular, de mampostería, corresponde también a la fábrica original del siglo XV.
El gran portalón exterior que da acceso al conjunto es adintelado, con imposta en dentículos y sobre un astial rectangular, con un frontón triangular rematado por tres bolas.