Tal como explica Tortosa (2007) lo primero que observaremos en el palacio es un conjunto urbano formado por un edificio principal barroco, edificado en la segunda mitad del siglo XIV[1] y remodelado a finales del siglo XVII.
Los motivos fueron por las pocas rentas que producía la propiedad de Rótova, junto con el progresivo abandono del edificio y del monopolio feudal debido al endeudamiento de la casa.
Los nuevos propietarios convirtieron la señoría de Rótova en el centro de sus negocios, y su nueva residencia, reconstruyendo entre los años 1696-1699 el deteriorado palacio señorial a un palacio barroco, tal como sigue siendo actualmente.
Desde el año 2004, el palacio es propiedad y patrimonio del pueblo de Rótova.
Por ese motivo, se proyecta un uso público que permitirá su futura restauración.