Ese mismo mes dio comienzo la Guerra Civil.
En Francia conoció al que sería su marido, Adolfo Jimeno Velilla, y sufrió las penurias de la ocupación del país por la Alemania nazi.
En 1945 participó como delegada en el congreso del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el exilio.
Al llegar a España se estableció en Valdealgorfa, donde trabajó como maestra.
Siguió como profesora en Almazora y destinó los ingresos de la venta del Instituto Calicanto, a crear un fondo económico de ayuda para que los estudiantes universitarios venezolanos pudieran formarse en España, fondo que se convirtió en la Fundación Adopal, vinculada a la Universidad Carlos III de Madrid.