Paralelomanía

El término paralelomanía es usado en el ámbito del análisis histórico, la crítica textual y la mitología/religión comparada en relación con un fenómeno (una manía) en el que un autor percibe similitudes aparentes y construye paralelos y analogías sin mayor apoyatura documental [1]​ El concepto fue introducido en los círculos académicos en 1961 por el rabino Samuel Sandmel (1911-1979) del Hebrew Union College en un artículo del mismo título, donde afirmaba que había encontrado el término[2]​por primera vez en un libro francés de 1830 del cual no recordaba autor ni título.

[3]​ Sandmel opinaba que las simples observaciones de similitudes entre eventos históricos a menudo tienen muy escasa validez histórica, pero conducen frecuentemente a un fenómeno en el cual un autor primero nota la supuesta similitud, luego recarga la analogía y finalmente "procede a describir la fuente y la derivación como si existiera una conexión firme que fluye en una dirección inevitable o predeterminada".

Martin McNamara, afirma que el artículo inicial de Sandmel probó ser "muy influyente".

[7]​ Kurt Rudolph argumentó en 1986 que la frecuente conexión establecida entre las religiones mistéricas y la idea de la deidad que muere y resucita es defectuosa,[8]​ Hacia fines del siglo 20 el consenso académico coincidía en que la mayoría de los dioses dentro de esa tipología sólo morían, y no resucitaban[8]​ siendo vista dicha categoría como un caso posible de paralelomanía.

Contra esta posición, Mettinger (2001) afirma que muchos de estos dioses sí mueren, descienden al inframundo, son llorados y recuperados por una mujer, y restaurados a la vida.