Según el SGC, sus lavas de naturaleza porfirítica andesítica, se caracterizan por una abundante cantidad de plagioclasa zonada (An43-39), augita, hiperstena, horblenda parda y óxidos opacos en una matriz intersertal hialina.
La parte superior de la estructura está disectada por diques, y presenta una marcada alteración hidrotermal .
[1] Hasta las décadas de los años 60 y 70 del siglo XX este volcán fue considerado un nevado, lo cual dejó marcados rastros de erosión en su forma, sin embargo debido a efectos del calentamiento global, el casquete glacial que lo cubría de forma permanente ha desaparecido, formándose solo de forma estacional; situación que también ocurre en los cercanos nevados del Quindío y de El Cisne.
Aunque no se tiene registro de actividad volcánica reciente, si hay una gran presencia de fuentes termales, lo cual contribuye a la actividad económica de la zona siendo un importante atractivo turístico, dadas las propiedades medicinales y relajantes que se le atribuyen a estas fuentes de aguas termales.
En años recientes el SGC, ha venido sometiendo a estudios a este volcán para determinar su grado de actividad y de riesgo, aunque actualmente se le considera estable .