[1] Como ejemplos figuran el pandequeso, los pasteles de hojaldre, el bizcocho, el pandeyuca, los buñuelos y el pan, de naturaleza salada, y otras dulces como el merengue, el rollo y el pandero, que de todos modos han sido elaboradas con técnicas culinarias por lo general de horneado.
Esta denominación para esta clase de alimentos se origina en el vocablo pareve del hebreo, voz que denota aquellos alimentos que no son ni cárnicos, ni lácteos o sea, neutros.
Este término es usado de igual manera en Argentina y en las regiones latinoamericanas pobladas por sefarditas desde su salida de España en 1492, o sea es la connotación en judeoespañol o ladino.
Realmente se denomina así a galletas y porciones de harinas frescas hechas en la tarde de manera rápida con harina, como las hojuelas y empanadas dulces.
En otras regiones no se emplea este término, aunque va haciéndose más conocido nacionalmente.