A partir de la existente, casa del tesoro, al Este del Alcázar, se construyó en sentido noreste un estrecho edificio de cuatro alturas que llegaba hasta el monasterio de la Encarnación.
El piso principal del pasadizo, utilizado por las personas reales para llegar al convento sin tener que pisar la calle, fue decorado con pinturas.
En 1712, se instaló en el pasadizo la Biblioteca Real fundada por Felipe V quien encargó a Teodoro de Ardemans las obras necesarias para adaptar el pasadizo.
El pasadizo tenía una anchura constante de 5,85 metros.
Partía desde la Casa del Tesoro hacia el noreste rodeando la Huerta de la Priora, llegando al Real Monasterio de la Encarnación por su ángulo suroeste.