Pasapoga

Desde 1942, se convirtió en una de las salas más importantes del país, siendo luego reconvertida en una discoteca hasta que finalmente fue clausurada y reconvertida en tienda de moda.

Luis Sánchez-Rubio era además, el propietario de unas tiendas de ropa exclusiva en Madrid, situadas en la Gran Vía y Preciados, que se llamaban Sánchez-Rubio.

Su planta en forma de herradura, al modo de los teatros tradicionales, y su exuberante decoración, con columnas y pinturas murales imitando frescos antiguos, albergaron conciertos de artistas como Antonio Machín, Frank Sinatra o Rosa Morena.

Escenas del Pasapoga aparecen en la película Los ojos dejan huellas de 1952.

Reconvertido después en discoteca con sesiones temáticas, el local ofrecía sesiones como club de música house enfocado al público gay, allá por el año 2000.