La calle comienza en la plaza de Paraíso y termina en el paseo Cuéllar.
Por aquel entonces en el camino solo había algunas torres de recreo y pequeñas industrias instaladas en los alrededores del río.
La burguesía zaragozana se empezó a ubicar en esta zona y también lo hicieron dos importantes centros educativos: el Colegio del Salvador de los jesuitas y el Colegio del Sagrado Corazón.
Más tarde, en 1936 se construyó el edificio de la Confederación Hidrográfica del Ebro obra de Regino Borobio y José Borobio, ubicado en el número 24 del paseo y catalogado por el Ayuntamiento.
El actual paseo de Sagasta ha tenido varios nombres durante su larga historia.