Este perro se cría en Europa, especialmente en España, Finlandia, Alemania y Suecia.
Con la llegada del turismo a los Pirineos que es donde se ubicaban más ejemplares de la raza, también llegaron razas foráneas, y el perro pastor catalán se consideró un tipo de perro pequeño infravalorado de toda la vida frente los perros extranjeros que ya llevaban tantas décadas seleccionándolos y mejorándolos, de manera que se fue abandonando y mezclando con otras razas.
Por todo esto actualmente se considera que la raza ya está fuera de peligro.
Las patas delanteras son fuertes, seguras, derechas y bien aplomadas tanto si se miran por delante como de lado.
De lejos parecen monocromos, y pueden presentar tonalidades más claras a las extremidades.
Teniendo en cuenta que experimentar y cruzar animales debería parar en algún momento.