El perro pastor garafiano es una raza canina autóctona originaria de La Palma, Islas Canarias.
Desde sus orígenes ha estado ligado al pastoreo, actividad para la que muestra especial aptitud, aunque en la actualidad ha cobrado gran importancia como animal de compañía.
Se sitúa su origen a la época prehispánica, aunque los cruces con otras razas tras la conquista han contribuido al desarrollo del pastor garafiano.
Su frente es ligeramente abombada, lo que resalta por la implantación algo trasera y separada de las orejas.
Éstas pueden presentarse enhiestas o con tendencia a partir la punta hacia delante, pero nunca desde la base.
Son pequeñas en relación con la cabeza, de inserción media e implantación trasera.
Su pelo es abundante, más o menos largo, de textura suave en unos casos y algo áspera en otros.
Es liso en el hocico, frente, parte anterior de las patas delanteras y en las traseras, del corvejón hacia abajo.
El manto del perro pastor garafiano puede ser leonado o alabado, en sus diferentes matices, y con un rango de tonalidades amplio.
Los cachorros nacen pardos, color que cambia al alcanzar la edad adulta, y en algunos aparecen pelos o pequeñas manchas blancas en el pecho, dedos o punta de la cola, que suelen desaparecer al crecer.
A veces presentan espolones en las patas traseras, que suelen ser dobles y algunos implantados.
Suele recibir a los extraños con una actitud típica: ladridos sueltos, al tiempo que pliega las orejas, mueve la cola y gira ligeramente la cabeza mostrando la comisura de los labios.