Pastor tocando la dulzaina

Flanqueaba este lienzo el Cazador junto a una fuente, siendo ambas piezas sobreventanas que fueron pergeñadas para servir de acompañamiento al cuadro Las floreras.

Diseñado en perspectiva abajo-arriba, está plagado del gusto italiano de la época, especialmente de las costumbres en Venecia y Bolonia, ciudades que Goya había visitado en 1771 y donde trabajó su Cuaderno italiano.

Es posible que se halla ubicado cerca del tapiz de La vendimia, dedicada al otoño.

Siendo una sobreventana, como El quitasol o El bebedor, recurre al esquema triangular propio del neoclasicismo.

El somero paisaje y la escasez de hojas en el árbol producen una sensación otoñal acorde con el lugar que se le había reservado en palacio.