[4] La pieza comienza con tema lánguido y ascendente tomado por la trompa, que luego retoman las cuerdas.
Tras el solo de trompa hay otro tema pastoral y evocativo en el oboe, acompañado con los revoloteos que hace la flauta.
El tema principal regresa para cerrar la pieza en el mismo clima tranquilo que al comienzo.
[7] La obra forma parte del repertorio general para orquesta y a menudo se interpreta en conciertos.
El mismo Honegger dirigió una grabación de la obra,[8] así como Hermann Scherchen, Jean Martinon (1971), Michel Plasson (1991), Leonard Bernstein, David Zinman, Thierry Fischer, Charles Dutoit, entre muchos otros.