La serie fue un éxito tal que el comic-book se retituló como The Doom Patrol en su número 86.
No obstante, Kupperberger no ceja y logra resucitarla en la siguiente década: tras un prólogo en "Secret Origins Annual 1" (1987) que repasa la accidentada historia del grupo, la Patrulla Condenada regresa a los quioscos en octubre de ese año.
Con él realizó un proceso de deconstrucción, reinterpretación y profundización del personaje que, en gran medida, también llevaría a cabo con la Patrulla Condenada.
En principio no atraído por ésta, se cuenta que la editorial le convenció regalándole en vídeo la serie televisiva Los Vengadores, de la cual Morrison era fan.
Dentro del surrealismo que dominó sus tramas, Morrison desarrolló con sutilidad y profundidad la personalidad de estos personajes, así como las relaciones establecidas entre ellos.
Destacan asimismo las relaciones que se establecen entre los personajes masculinos y femeninos del grupo.
También resulta interesante la conexión que crece entre Joshua Clay y Dorothy Spinner.
Su pasado es quizás lo que le hace conectar con Dorothy, adolescente traumatizada por su aspecto simiesco, desarrollándose entre ambos una relación paterno-filial.
Junto a él, otros artistas se encargaron de números concretos.