Allí, se encuentra con Paulie (Jay Mohr), un perico que sorprendentemente le habla en un perfecto español, sin embargo no solo imita, sino que posee la inteligencia necesaria para razonar y articular frases por voluntad propia.
Paulie le dice acerca de su verdadera dueña, una niña llamada Marie Alweather (Hallie Kate Eisenberg) y cómo fue regalado a ella por su abuelo.
Él es feliz de ver a Marie por primera vez en mucho tiempo, pero se molesta al ver su tartamudeo y comienza a presionarla y exigirle que lo supere, cosa que solo agrava el problema.
Paulie pasa de un propietario a otro y termina en una casa de empeño donde dedica su tiempo a insultar a los clientes, entre ellos un ratero de pocamonta llamado Benny (Jay Mohr) y al prestamista, Artie (Buddy Hackett), hasta que es comprado por una anciana artista viuda llamada Ivy (Gena Rowlands) que vive en una casa rodante.
Ella lo hace su amigo, le enseña sobre el mundo y modales mejorando notablemente la actitud grosera que hasta ese momento caracterizara a Paulie.
Después, motivado por lo que le enseñó la anciana, finalmente aprende a volar y continúa su viaje solo.
Paulie es llevado entonces a la institución, su domicilio actual, donde los empleados y los científicos están sorprendidos por su inteligencia.