Tras el desalojo, las casas del municipio fueron derruidas para evitar las reocupación de las mismas, quedando sólo en pie la iglesia, el colegio y el cuartel de la Guardia Civil, que fueron usadas por la Confederación Hidrográfica del Sur.
Posteriormente se procedió a la inundación del pueblo, que hoy yace en el fondo del embalse, junto a la barriada de Gobantes, donde se encontraba la estación de ferrocarril.
La mayoría de los vecinos del pueblo, que rondaban los 1800, se mudaron a la barriada de Santa Rosalía en la capital malagueña, donde se les ofrecieron viviendas a precios económicos.
Su patrona es la Virgen del Rosario, cuya imagen se encuentra actualmente en la barriada Santa Rosalía (en Málaga capital), y es llevada en romería cada cinco años desde allí.
En la actualidad, debido a las sequías, han quedado al descubierto, en varias ocasiones, los restos de la iglesia y el cementerio del pueblo.