Jugaba como arquero y debutó profesionalmente en el extinto Club Washington de Rosario.
Su debut en el cuadro azulgrana estuvo a la altura de la fama que lo precedía; llegó luego de una temporada en la que había atajado varios penales, y en su debut, ante Rosario Central por la primera fecha del Torneo Molinas 1933, detuvo cuatro penas máximas.
[2] Este rendimiento quedó grabado en los dirigentes canallas, que lo incorporaron al club en 1936.
Compitió en el puesto con José Peregrino Monjo, al que desplazó, adueñándose de la valla auriazul.
[4] Aráiz fue el único guardameta utilizado el primero de estos años, mientras que en 1938 compartió el puesto con Monjo y Juan Martínez.