Pedro Baños

[16]​ El 8 de septiembre de 2019, Baños debutó como presentador del programa televisivo La mesa del coronel (Cuatro), dedicado a «explicar en detalle temas internacionales de inteligencia, seguridad, geopolítica y también conspiraciones», emitiendo cuatro episodios más hasta diciembre del mismo año.

[25]​[26]​ Posteriormente trascendió que dichas secciones suprimidas ascendían a 30 000 palabras.

[27]​[28]​ Duns también indicó que la imagen de la portada, unos tentáculos, era un estereotipo antisemita ya usado por Hitler en Mein Kampf y una imagen recurrente de la propaganda nazi.

No obstante, Baños negó en otra entrevista en 2019 su acusación respecto al asesinato de Kennedy, afirmando que sólo hizo referencia a una teoría de tantas en torno al suceso.

[32]​ Pese a estas declaraciones, las acusaciones contra la editorial se incrementaron,[11]​ por lo que Penguin decidió la realización de un estudio independiente de su contenido, liderado por la rabino Julia Neuberger,[27]​ y en el que contribuyeron las expertas en antisemitismo español Stefanie Schüler-Springorum y Martina Weisz.

[28]​ La edición en castellano con los pasajes controvertidos íntegros se ha seguido imprimiendo y distribuyendo normalmente.

[9]​ En enero de 2022, el periodista Miquel Ramos volvió a criticar a Baños, en este caso por participar como ponente en charlas organizadas por el partido de extrema derecha España 2000.

[37]​ Baños también es profesor del Instituto de Ciencias Sociales, Económicas y Políticas,[38]​ fundado por la ultraderechista francesa Marion Maréchal.

[38]​ Baños habitualmente ha afirmado al respecto de su apoyo a teorías conspirativas que él cree en «realidades de la conspiración», puesto que el término teoría de la conspiración se emplea, según él, para hacer creer que «no existen» y «criticar y destruir» a quienes sostienen la existencia de las conspiraciones.

[41]​ Baños ha sido frecuentemente tachado de prorruso[6]​[7]​[42]​[5]​ por su supuesta animadversión a la angloesfera[43]​[44]​ y sus posturas a favor del acercamiento entre Europa y la Federación de Rusia,[45]​[44]​ llegándosele a acusar de ser un propagandista al servicio del Kremlin.

[72]​ Apoyando esta postura, el diputado inglés Chris Williamson afirmó que Integrity Initiative era una tapadera propagandística del think tank Institute for Statecraft —que ha recibido financiación del gobierno británico—, y envió una carta a Pedro Sánchez alertándole de que Baños habría sido víctima de una campaña de desinformación.

El periodista defendió su artículo, publicando una notificación con la que la directora del CNI se opuso a conceder la nacionalidad a Alexander Dimitrenko, un empresario ruso supuestamente implicado en la trama, por tener el CNI «conocimiento probado» de que trabaja para los servicios de inteligencia de Rusia,[86]​ junto a otras supuestas evidencias que probarían las maniobras del país euroasiático en Cataluña.

Baños respondió airado acerca de esa primera evidencia, reprochando que «Nicolás de Pedro no solo tiene acceso a documentos clasificados como Confidenciales del CNI, sino que además los hace públicos.

UU.» y «le serviría a Washington para centrarse en su verdadero gran rival geopolítico: China».

[124]​ El 30 de enero, en una entrevista, Baños afirmó que «a Rusia no le interesa una guerra» sino a los «intereses anglosajones»; y refiriéndose a las concentraciones rusas junto a la frontera, que «cien mil soldados no es nada», calificando las mismas como insuficientes y afirmando que no se habría visto ninguna cadena logística preposicionada para la invasión.

[128]​[129]​[130]​ Al día siguiente, en otra entrevista, declaró que no creía probable el estallido de una guerra en Ucrania.

[135]​ El 20 de febrero, Baños se mofó nuevamente de las advertencias sobre el inminente ataque, con otro tuit: «Putin, como es tan cruel y desalmando, igual hasta NO invade hoy Ucrania para dejar en evidencia a EEUU, OTAN, UK, y demás adláteres y palmeros.

[141]​ Finalmente, cuando el 24 de febrero se desató del todo el ataque, Baños ofreció «toda su condena y repulsa por el ataque al territorio ucraniano» y calificó a Putin como principal responsable, no sin culpar también a Joe Biden y la OTAN;[142]​ actitud que después de sus declaraciones los meses anteriores motivó algunas críticas.

[143]​ También afirmó que «como la gran mayoría de analistas», no esperaba la invasión.

[144]​ Baños no hizo referencia a las numerosas advertencias que había ridiculizado en los meses anteriores.

[151]​ En una entrevista el 11 de septiembre, tras 200 días de conflicto, Baños reiteró sus posturas y sostuvo que «Rusia no puede perder esta guerra», y que debería buscarse una «solución negociada con Rusia» a la invasión «sin perjudicar los intereses de Ucrania como país soberano».

[158]​ Baños volvió a ser cuestionado por sus posiciones acerca del conflicto en una entrevista en enero de 2023.

[159]​ El coronel justificó su sarcasmo para con las advertencias de invasión con que la misma entonces era «impensable», respondió a las acusaciones de estar a sueldo del Kremlin afirmando que si fuera así estaría «en una prisión militar» dada su condición de reservista y afirmó ser víctima de «montajes» por «tener otra visión» respecto a «la línea oficial marcada por la propaganda».

[159]​ Posteriormente, elogió «la astucia» de Putin para haber ascendido al poder desde «una familia humilde».

[161]​ Usar Langley como ubicación es una broma habitual entre las personas que se divierten con dicho meme.

[165]​ En el mismo, Baños afirmó que los líderes reunidos «sólo hablan de guerra y más guerra», que querrían enviar españoles a morir en «una nueva guerra mundial», que el orden internacional basado en reglas con el que China y Rusia querrían acabar se basa en «reglas estadounidenses, del mundo anglosajón en general» y expresó reiteradamente su rechazo a «la guerra mundial» a la que EE UU intentaría supuestamente arrastrar a España.

[164]​ El meme NAFO volvió a motivar un vídeo denuncia de Baños el 22 de febrero, donde afirmó que los usuarios que comparten este meme serían en su mayoría bots o personas a sueldo, parte de un «sistema organizado» con «actores muy poderosos» y con «ilimitados recursos económicos detrás» para «arrastrar al mundo a una guerra mundial».