Fue encarcelado por participar en las diversas conspiraciones contra el reinado de Isabel II en 1867.
Participó activamente en la revolución de 1868 que dio inicio al Sexenio Democrático, siendo entonces designado alcalde de su localidad natal.
Miembro del Partido Republicano Democrático Federal, fue elegido diputado por el distrito electoral de Gerona en las elecciones generales de 1869, primeras celebradas en el Sexenio.
Fue condenado a muerte en un consejo de guerra, pero, finalmente, fue desterrado por el general Prim, siendo sustituido en el escaño por José Toribio de Ameller y cesado como alcalde.
Al producirse la Restauración borbónica, se exilió nuevamente y no regresó a España hasta 1876.