Este se aprestaba a emprender la exploración de Chile y reunió unos 500 hombres para tal empresa.
Entre ellos iba Pedro Gómez de Don Benito, quien ya tenía sobrada experiencia en las guerras americanas.
El cruce de los Andes fue trabajoso por las dificultades del terreno y las numerosas limitaciones que padecieron.
[1] Mientras Almagro había estado en la conquista de Chile se produjo la gran rebelión organizada por Manco Inca.
Durante la marcha hacia el territorio chileno, medio enloquecidos por el calor, la sed y los cadáveres momificados que encontraban en el macabro paisaje, un tal Juan Ruiz, que ya había estado también en Chile con Almagro, sintió miedo y pesar por haberse embarcado en aquella nueva aventura; y pensando que iba a morir de hambre o de sed, maliciosamente se dedicó a inquietar a sus compañeros para que se volvieran al Cuzco.
Una vez que descansaron algunos días y satisficieron la sed atrasada, siguieron hacia el sur y después de mantener algunos enfrentamientos con los indígenas que se encontraron en la ruta, llegaron hasta el valle del río Mapocho, donde después de descansar unos días y reconocer el terreno los expedicionarios, decidieron poblar.
Pero ello no era obstáculo para que Pedro Gómez siguiera colaborando en la conquista del territorio, ya que activamente participaría en la pacificación de varias comarcas e intervendría en la fundación de algunas ciudades como Concepción y La Serena.