Pasarían algunos años hasta que decidiera dedicarse a la política y aceptara el cargo de alcalde.
A pesar de todo, la medida que le ha hecho más popular fue permitir el uso del bikini en Benidorm en plena época franquista.
Asistió a la audiencia tras un largo camino en Vespa desde Benidorm y allí solicitó permiso al general para mantener el uso del bikini en la localidad, un permiso que fue dado obviando las denuncias del arzobispado y la Guardia Civil.
Pedro Zaragoza siguió con su mandato promoviendo el turismo en toda Europa y convirtiendo a su localidad de pescadores en otra muy distinta.
[3] Rechazó varios cargos durante la época de la transición española, fiel a su apego al franquismo.