La primera referencia documental aparece en el año 1090, momento en el que se le menciona como conquistado por Armengol IV de Urgel.
[2] Con el tiempo, su propiedad cambiará, ya que otro documento de 1234 firmado por Jaime I reconoce como propietario del lugar a Raimundo Peralta.
[3] Jamás llegaron los recursos básicos como la electricidad, ya que el pueblo se apagó antes, en la década de los sesenta.
[1] Concretamente, el autor José Cardús Llanas documentó para el Heraldo de Aragón que en 1964 tan solo quedaba un habitante.
[1] En la actualidad, los antiguos vecinos continúan reuniéndose[6] en mayo en la cercana y nueva ermita de Santa Ana (construida en 1984), situada a unos 500 metros del pueblo.