Afecta principalmente a personas de edad avanzada.
Específicamente por autoanticuerpos contra dos antígenos situados en los hemidesmosomas que unen la dermis con la epidermis (unión dermoepidérmica).
La primera llamada fase no ampollosa cursa con prurito asociado a máculas, pápulas o placas de borde irregular.
Las vesículas tienden a romperse y se transforman en zonas de erosión cubiertas por costras.
[2] El penfigoide se describió por primera vez en el año 1953 por Levre WF que lo diferenció del pénfigo e hizo la distinción entre ampollas epidérmicas y subepidérmicas.