Peralte

Se denomina peralte a la pendiente transversal que se da en las curvas a la plataforma de una vía férrea o a la calzada de una carretera, con el fin de compensar con un componente de su propio peso, la inercia (o fuerza centrífuga, aunque esta denominación no es acertada) del vehículo, y lograr que la resultante total de las fuerzas se mantenga paralela al plano horizontal, actuando de fuerza centrípeta dirigida en todo momento hacia el centro de la curva.

El objetivo del peralte es contrarrestar la inercia que impele al vehículo hacia el exterior de la curva.

La fórmula teórica del peralte (válida para ferrocarriles y carretera), en ausencia de rozamiento, para una velocidad

El peralte se define justamente como esta tangente, así que es una magnitud adimensional.

En los ferrocarriles, el peralte ayuda a guiar al tren en la curva, evitando que las pestañas de las ruedas toquen los carriles, reduciendo la fricción y el desgaste.

Generalmente los trenes lentos desgastan el carril interno, mientras que los de alta velocidad desgastan el carril externo.

En España la normativa RENFE mide el peralte como la diferencia de cota entre un carril y otro.

Con un límite de 160 milímetros y un mínimo estipulado en:

El peralte en carreteras se construye para compensar la fuerza centrífuga que hace que los vehículos salgan de la carretera.

En la imagen es posible apreciar la inclinación hacia el centro de la curva que produce el peralte.
El peralte en una curva de la línea de alta velocidad entre Núremberg y Múnich .