En 1903 expuso en la Sala Parés de Barcelona.
En 1905 se instaló en París, donde expuso en el Salón de Otoño.
Fue principalmente paisajista, con un estilo basado en la pintura popular catalana, algo naïf, con una técnica postimpresionista.
[1] Como ilustrador, colaboró con numerosas revistas como las francesas Le Rire, Fantasio, La Vie parisienne o Le Courrier français; y las catalanas Empori, Papitu y Jordi.
Reunió sus dibujos en un libro titulado Els dolços indrets de Catalunya (1910), prologado por Joan Maragall.