Perico Fernández

Pero esa facilidad ponía en duda su valía, ya que sus adversarios no eran de primera fila y los aficionados se preguntaban qué sería de Perico cuando se enfrentara a buenos boxeadores.

Toni Ortiz era un boxeador bravo y nadie apostaba por Perico.

El título mundial superligero había quedado vacante por la marcha de Bruno Arcari a un peso superior.

El 21 de septiembre de 1974, Perico Fernández se proclama en Roma campeón del mundo del peso superligero, versión WBC, ante al japonés Lion Furuyama, por victoria a los puntos.

Desde ese momento, Perico Fernández vivió retirado y dedicado a su afición favorita, la pintura.