Otra estaría centrada en el peso real que una de estas, denominada Damot, tuvo como posible embrión del posterior reino aksumita.
[1] Otros autores localizan de manera más focalizada Punt situándolo en el área que ocupan actualmente las fronteras entre Sudán y Eritrea.
El medio físico consiste en una serie de altiplanicies separadas entre sí por cadenas montañosas como las Simien y atravesadas por profundos valles creados por ríos como el Tekezé, accidentes geográficos que debían suponer un grave problema para las comunicaciones, tal y como ocurre todavía hoy en día.
[4] Para Stuart Munro-Hay y otros investigadores, pueblos como los Agaw, que inicialmente hablaban un lenguaje cushita y fueron luego semitizados, habrían desarrollado una civilización propia con anterioridad a la llegada de los sabeos.
[5][6] Según este autor, en la región floreció entre los siglos X y V a. C. un reino que se denominó D'mt o Damot, previo a la propuesta emigración sudarábiga de los siglos V o IV a. C., cuyos integrantes, según él, debieron residir en el área entre unas pocas décadas y un siglo.
Al principio de este milenio las comunidades agropecuarias que conocían la alfarería y usaban herramientas fabricadas con lascas líticas se extendían por toda la región.
Cerca de Yeha, a 54 km al nordeste de Aksum, se ha identificado, pero no excavado, un extenso poblado que parece previo a su templo y cuya cerámica presenta también características regionales.
[11] Tanto Yeha, como Matara y Kaskase, situados ya en Eritrea, habrían constituido asentamientos clave para las supuestas comunidades de inmigrantes procedentes del actual Yemen y en ellas se habría producido, según algunos autores, un proceso de sincretismo religioso, cultural y político que resultaría en la formación del estado de Damot.
[16] Apenas se ha encontrado en el área aksumita alguna inscripción correspondiente a estos cuatro siglos, al contrario de lo que ocurre en la otra orilla del mar Rojo, lo que podría indicar una divergencia entre ambas regiones.
[18] Los investigadores definieron la secuencia arqueológica correspondiente a los cuatro últimos siglos a. C. como protoaksumita, el germen directo de la fundación y expansión del reino aksumita posterior.
Los restos encontrados por ahora incluyen estructuras residenciales y funerarias pertenecientes a la élite social.
[19] El restringido marco evolutivo del asentamiento inicial de Beta Giyorgis comenzó a ampliarse cuando la población se trasladó al valle situado entre dicha colina y la de Mai Qoho, para luego expandirse por toda la región.