Su nombre se debe a la ciudad mauritana de Kiffa, donde el etnólogo francés R. Mauny las documentó por primera vez en 1949.
El vidrio finamente triturado en polvo se mezcla con un aglutinante como la saliva o la goma arábiga diluida en agua.
Las secuencias de colores observadas en las cuentas tradicionales con decoraciones policromáticas son siempre las mismas, es decir, rojo-amarillo-negro (marrón oscuro)-amarillo-rojo-blanco-azul-blanco-blanco.
Los colores, las formas y los numerosos e intrincados motivos decorativos tienen significados específicos, la mayoría de ellos olvidados hoy en día.
Lo mismo se aplica a las imitaciones modernas hechas en otros lugares, por ejemplo en Indonesia.