[1][2] Poco se sabe sobre la ascendencia del mastín belga, excepto que se cree que desciende de los mastines franceses introducidos en los Países Bajos en algún momento de la historia.
[2][3] La raza fue estandarizada en 1895 y el primer club de cría se formó en 1911.
[5] La progresiva industrialización, volviendo obsoleto su papel como perro de tiro, Y su uso durante la Segunda Guerra Mundial provocaron su extinción a mediados del siglo XX.
[6] En 1915 el escritor estadounidense Walter Alden Dyer escrivió una novela llamada Pierrot, perro de Bélgica con un mastín belga como protagonista.
[7][8] Desde principios del siglo XXI se están haciendo esfuerzos para recuperar la raza a través de un programa llevado a cabo entre la asociación De Belgische Mastiff, la Royal Society Saint Hubert y el comité científico de la Royal Kynological Union Saint Hubert.