Philadelphus coronarius

Sus hojas son de forma ovada o elíptica, muy finas y apuntadas con 6-11 dientes a cada lado, con una débil pilosidad.

Las mejores condiciones para el crecimiento de esta planta es el pleno sol o la semisombra, creciendo en un suelo húmedo con el potencial de crecer con tierra ácida, alcalina y neutral, pudiéndose plantar en cualquier dirección, frente a cualquier hemisferio.

Es aconsejable plantar las raíces desnudas en invierno sin que el suelo esté congelado o anegado.

Seguidamente, se incorpora mucho estiércol bien descompuesto o compost de jardín para mejorar el suelo y agua.

Puede que en algunas regiones donde hoy se encuentra asilvestrada fuera introducida en tiempos remotos, como, por ejemplo, en el norte de Italia.

Flores y hojas de una celinda vistas en detalle.