Fue educado por su tío, un distinguido abogado en París, con el propósito de que hiciera la carrera de Derecho; pero él rechazaba esa profesión y prefería la farándula.
Perseguido por su tío, en 1758 una representación de su Titus, ya mostrado en San Petersburgo, fue pospuesta a instancias de su pariente y, cuando logró representarse, una claque hostil logró que fracasara.
Al fin pudo regresar a París con Zelmire (1762), un drama fantástico que alcanzó mucho éxito e incluso se convirtió en una ópera italiana en dos actos, Zelmira con música de Rossini.
Y en 1765 obtuvo un éxito no menor con una obra histórico-patriótica, Le Siège de Calais / El sitio de Calais, con la que De Belloy procuró introducir los temas nacionales para renovar un teatro muy estancado en los temas grecolatinos.
[1] Las humillaciones sufridas por Francia en la Guerra de los Siete Años aseguraron una buena recepción para la obra, y el entusiasmo popular no se vio afectado por la crítica moderada hacia esta obra por parte de Denis Diderot y de Voltaire, quienes señalaron que Francia no podía ser glorificada con la descripción de una derrota.