Se le suele considerar líder del movimiento de los Nabis, grupo del que también formaron parte Paul Sérusier, Maurice Denis, Paul Ranson, Édouard Vuillard, Ker-Xavier Roussel o Félix Vallotton.
En 1887 decidió dedicarse a la pintura y siguió cursos en la Academia Julian y la Escuela de Bellas Artes de París, momento en que conoce a los artistas con los que impulsaría el movimiento nabi.
Su mayor originalidad radica en los abundantes desnudos femeninos, con alusiones lésbicas, para los que el pintor tomó fotografías de su entorno íntimo.
Su especialidad en interiores reposados, con figuras femeninas en actos cotidianos como el aseo y la lectura, explica que su pintura fuese llamada «intimista».
Aunque las texturas esfumadas pueden recordar al Impresionismo, Bonnard no plasma la realidad inmediata y fugaz, sino que elabora escenas subjetivas, con encuadres y colorido nada casuales.