Pietro Porta

Sus padres fueron Antonio (de profesión carpintero) y Barbara Zenini (operaria).

Aquí, además de la vocación religiosa, desarrolló su pasión por la botánica, que le acompañó durante toda su vida.

Tuvo una influencia muy profunda y duradera, decisiva sobre el joven abate don Rupert Huter (1834-1919) de Karls.

Allí permaneció durante dos años y obtuvo la repatriación de nuevo a Cologna por un año entero.

Viejo y casi ciego, dedicó su atención a los vecinos con plantas medicinales, sufriendo en 1922 intimidación de algunos fascistas.