El principio de este ataque consiste simplemente en crear un datagrama IP cuyo tamaño total supere el máximo autorizado (65 536 bytes).
Los sistemas más modernos ya no son vulnerables a este tipo de ataque.
El tamaño excesivo de bytes impide que la máquina lo procese de manera efectiva, afectando el entorno en la nube y causando interrupciones en los procesos del sistema operativo, lo que puede resultar en reinicios o bloqueos.
En la descripción técnica del problema indica que se podía realizar con una utilería como ping.
[9] No obstante la mayoría de los sistemas operativos desde 1997–1998 han arreglado este problema, por lo cual el fallo es prácticamente inexistente.