Pisídice, en la mitología griega, era hija del rey de Metimna, en la isla de Lesbos.
Cuando Aquiles, durante la guerra de Troya, emprendió una campaña para saquear todas las ciudades cercanas a Troya, una de las ciudades a las que puso sitio fue Metimna.
Pisídice, al ver a Aquiles desde sus murallas, se enamoró de él y envió a su nodriza como emisaria para proponerle que, si accedía a convertirse en su esposo, ella le entregaría la ciudad.
Aquiles aceptó pero en cuanto se hubo apoderado de la ciudad, ordenó a sus soldados lapidar a Pisídice.