Placer (geografía)

Se llama placer o plácer a un banco de arena, fango o piedra llano y poco profundo,[1]​ en donde se acumulan minerales valiosos formada por la separación por gravedad de una roca madre específica durante los procesos sedimentarios.

Por semejanza se llaman placeres a los arenales en que remansa el agua de algunos ríos que acarrean granos de oro.

[4]​ Placer, según Juan Pérez de Moya, es todo bajo de arena, y añade que esta denominación se dio por ironía a tales parajes porque no sería placer ir un navío navegando y asentarse en un bajo de arena sin poder ir atrás ni adelante.

Otros sin embargo lo entienden al revés que Moya: creen que la voz proviene del placer que en realidad ofrece al navegante el fondeadero de esta clase, donde la mar es mansa o nunca tan elevada como en el golfo y se considera libre de los riesgos y en realidad más descansado de las fatigas anteriores.

Diccionario marítimo español, Martín Fernández de Navarrete, 1831

Magnetita, hematita y oro. La arena negra se concentra a partir de gravas de placer.