El día 30 desembarcaron en Sète (Hérault) siendo recibidos por la Cruz Roja francesa y acogidos en los pabellones situados en la playa de La Corniche, acondicionados para los refugiados.
Fue allí donde le pidieron que se hiciera guerrillera y aceptó.
Cuando los alemanes asaltaron el cuartel de Rimont descubrieron que en Unjot vivía una colaboradora guerrillera.
En los últimos días, poco antes de la liberación hacía viajes a Unjot, transportando cargas por la noche.
Enrique Líster, Manuel Portela Valladares, Xoán Xosé Plá y ella hablaron de una nueva organización que querían poner en marcha en el exilio francés.